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Autoridades mexicanas hallaron este martes restos humanos que permiten confirmar la muerte de las 13 personas que viajaban en un jet de lujo que se estrelló el domingo pasado en una zona montañosa del estado de Coahuila, en el norte del país.
El avión privado despegó de Las Vegas, Estados Unidos, y viajaba con destino a la ciudad mexicana de Monterrey (norte), pero se estrelló en una zona serrana de difícil acceso adonde los peritos forenses tuvieron que llegar en helicóptero.
Los expertos “aseguraron los cuerpos que se recuperaron, son 13”, dijo el fiscal general de Coahuila, Gerardo Márquez. Detalló que siete están “prácticamente completos” pero incinerados, mientras que los otros seis quedaron “reducidos a muy pequeños fragmentos” debido al impacto.
La verificación y correspondencia de los restos de los pasajeros se logró gracias a las posiciones en las que fueron hallados entre los escombros de la aeronave, detalló el funcionario.
“Tenemos siete criminalistas, un antropólogo forense y tres médicos legistas” en el lugar del siniestro, agregó Márquez, quien dijo que las identidades se definirán con el análisis de placas dentales o restos óseos recolectados por los peritos.
En el avión viajaban dos ejecutivos de la empresa mexicana de servicios petroleros Typhoon Offshore junto a ocho familiares, según un comunicado de la compañía.
El grupo había acudido a Las Vegas para asistir a una pelea del boxeador mexicano Saúl “El Canelo” Álvarez, quien triunfó y unificó sus cetros de peso mediano. Desde su Twitter, el deportista lamentó el accidente. “Mis oraciones están con sus familiares”, escribió.
Los otros tres fallecidos eran los tripulantes del avión, un bimotor Bombardier modelo CL-600-2B16 Challenger, perteneciente a una firma estadounidense basada en el estado de Utah.
