Share This Article
La pita se ha utilizado en Chile desde tiempos antiguos. El tejido de la hoja de esta planta se usaba en el campo para hacer cestas, pilguas, y para amarrar todo lo que se necesitara.
Fibra vegetal que ha estado al servicio de la confección de artículos utilitarios y ha sido el sustento de algunas familias que antiguamente hacían trueque por comida y que hoy en día participan en ferias artesanales.
Con la irrupción en el mercado de artículos sustitutos, mayormente de plástico, la pita pasó de ser una materia prima que antes era muy necesaria y útil, a quedar relegada para hacer amarras, formando atados de verduras, un adorno o un souvenir, con muy poca presencia en el mercado y en nuestra cotidianidad chilena.
Para rescatar del olvido a la pita y darle valor agregado, cuatro artistas y gestoras elaboraron y recopilaron una colección de piezas tejidas por 11 artesanas y un artesano de las regiones de Ñuble y el Biobío, con el fin de visibilizar en espacios rurales y urbanos el oficio del tejido con pita y dar cuenta que es un saber que se mantiene vigente, aunque no como antes.
“Sin embargo, se releva su valorización desde el impacto positivo que tiene en el medio ambiente por ser una materialidad ecológica”, explicaron las integrantes del proyecto, Natalia Vásquez: Magíster en Enseñanza, Orfebre; Paulina Fuentealba, diseñadora gráfica; María Victoria Hernández, comunicadora audiovisual y Ana Karen Castro, periodista.
El proyecto se tradujo en la cuarta muestra de la colección de artesanías, piezas y objetos la que en dependencias de la Biblioteca Municipal de Concepción, culmina su itinerancia luego de presentarse en el Liceo Guarilihue en Coelemu; Liceo Inés Enríquez Frödden (Florida) y en la Escuela Básica La Dama Blanca (Talcahuano).
La muestra permanecerá abierta hasta el 5 de noviembre, en horario de 9.00 a 19.00 horas y es con entrada liberada.
